Lo que realmente me preocupa, es que viene una ola de frío polar y entonces puede, que mis pensamientos se congelen. Lógicamente me preocupan otras cosas más, pero en plan egoísta me preocupa esa más que las demás. Porque yo son tan egoísta como el que más. A veces me duele la boca y la lengua da tanto hablarme, de tanto decirme cosas, cosas y más cosas. Que nadie piense que por naturaleza soy un buen tío, más bien al revés, por naturaleza soy retorcido, terco, defensivo, agresivo y un tanto tirano, desconfiado y como decía mi madre, un tanto huraño. Pues es que sencillamente, así me crié.
Lo que pasa es que la vida te va limando las aristas más cortantes o las que pueden hacer más daño y entonces ese bicho que soy por naturaleza, se fue amoldando y adaptando a las diversas circunstancias, porque sino ahora sería un Zulú con taparrabos por el culo. Claro que tengo que decir, que dentro de la guerra que fue mi infancia, yo tuve que tener mis armas dispuestas y mis murallas defensivas bien construidas. Qué uno no es así, porque le sale de los cojones.
Pero bueno, posteriormente vinieron tiempos mejores, días de sol y playa, noches desaforadas, acampadas en lugares espectaculares y por tanto, tenía la obligación de cambiar mis actitudes. Y así lo hice, poco a poco me fui civilizando. Pero tampoco me he hecho un tonto del culo, un bobalicón o un jipi de mierda reciclado, pues conservo el mismo ardor en las venas que en aquellos tiempos de mi infancia. Aún me queda ese hervor, ese punto de ebullición, esa ira que me estimula la sangre y que me pone a tope la adrenalina. La LUCHA sigue siendo lo mío y estoy seguro, que así moriré.
Lo que pasa es que la vida te va limando las aristas más cortantes o las que pueden hacer más daño y entonces ese bicho que soy por naturaleza, se fue amoldando y adaptando a las diversas circunstancias, porque sino ahora sería un Zulú con taparrabos por el culo. Claro que tengo que decir, que dentro de la guerra que fue mi infancia, yo tuve que tener mis armas dispuestas y mis murallas defensivas bien construidas. Qué uno no es así, porque le sale de los cojones.Pero bueno, posteriormente vinieron tiempos mejores, días de sol y playa, noches desaforadas, acampadas en lugares espectaculares y por tanto, tenía la obligación de cambiar mis actitudes. Y así lo hice, poco a poco me fui civilizando. Pero tampoco me he hecho un tonto del culo, un bobalicón o un jipi de mierda reciclado, pues conservo el mismo ardor en las venas que en aquellos tiempos de mi infancia. Aún me queda ese hervor, ese punto de ebullición, esa ira que me estimula la sangre y que me pone a tope la adrenalina. La LUCHA sigue siendo lo mío y estoy seguro, que así moriré.
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