Hoy me di cuenta que soy un poco camaleónico, que me mimetizo con el medio ambiente. Que hoy está un día nublado y tirando a apagado y yo me siento igual. Eso ya lo comprobé hace tiempo, cuando vivía en Cádiz con su luz de sol potente, con sus resplandores, con su brillantez de diamante. Pues pasó que un día me dio por pensar en la posibilidad de volver a mi Galicia natal y sin más miramientos, decidí irme unos días a palpar el ambiente. Y primer día, nublado tirando a oscuro u segundo día, también y el tercero, ya empezó el despiporre en forma de continuos aguaceros.
Y señores, ya no paró de llover, fueron 10 días pasados por agua. Al quinto día, se me empezó a apagar el fuego por mi Tierra gallega y ya echaba de menos mi tierra Gaditana. Fueron 10 días melancólicos, las penas se colgaban de mi chaqueta y la tristeza se apoderó de mis neuronas y eso que estaba en mi puta Tierra del alma. Y que tampoco pasaba nada y porque cada sitio tiene su punto y por tanto, no son comparables. Pero yo echaba de menos ese sol cruel, esa calorcito que me templaba las venas, esa luminosidad tan bestial, esa alegría que entraba en mi cuerpo.
Por tanto y concluyo, comprendí que el tiempo ambiental es una fuente de mi ánimo, que si luz del sol irradia, también irradio yo, que si todo se nubla y se pone esa luz mortecina, yo me pocheo y me arrugo como una pasa. Que si hay viento, yo me pongo en movimiento. Que si hay lluvia, yo me mojo por fuera y por dentro. Que si hay calma chicha, yo me duermo antes de tiempo. Y como epitafio, tengo que reconocer que soy un puto Camaleón, pero sin cuernos...Los cuernos se los dejo para otros, para los que creen en ellos y además, ¡qué se jodan!.
Y señores, ya no paró de llover, fueron 10 días pasados por agua. Al quinto día, se me empezó a apagar el fuego por mi Tierra gallega y ya echaba de menos mi tierra Gaditana. Fueron 10 días melancólicos, las penas se colgaban de mi chaqueta y la tristeza se apoderó de mis neuronas y eso que estaba en mi puta Tierra del alma. Y que tampoco pasaba nada y porque cada sitio tiene su punto y por tanto, no son comparables. Pero yo echaba de menos ese sol cruel, esa calorcito que me templaba las venas, esa luminosidad tan bestial, esa alegría que entraba en mi cuerpo.
Por tanto y concluyo, comprendí que el tiempo ambiental es una fuente de mi ánimo, que si luz del sol irradia, también irradio yo, que si todo se nubla y se pone esa luz mortecina, yo me pocheo y me arrugo como una pasa. Que si hay viento, yo me pongo en movimiento. Que si hay lluvia, yo me mojo por fuera y por dentro. Que si hay calma chicha, yo me duermo antes de tiempo. Y como epitafio, tengo que reconocer que soy un puto Camaleón, pero sin cuernos...Los cuernos se los dejo para otros, para los que creen en ellos y además, ¡qué se jodan!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario