PIRÁMIDES

Que hay mucho soplapollas, ¡eso ya lo sabemos!. Que hay mucho cantante que no tienen puta idea del tema por los mercados bursátiles, ¡también lo sabemos!. Que hay mucho capullo reprimido que va de putiferio y de la mejor farlopa y los domingos va a Misa con su familia facha y pija, ¡eso es inefable y es una verdad como un Templo!. Que hay mucho fantasma que se disfraza de persona íntegra y responsable y que aquí me dan den todas y cuando les das, acuden al regazo de Mamá, pues eso y no faltaría más, ¡es ley de vida!.

Que no somos nadie, ¡también lo sabemos!. Pero lo que no sabemos es que sí, es que sí podemos ser algo o alguien. A pesar de los pesares, a pesar de todas las dificultades, ¡podemos ser alguien!. Y para ser alguien no hace falta muchos alardes o muchos vítores y aplausos, llega con seguir sentado en tu sitio, pero eso sí, aportando, aportando de todo lo que tu puedas y quieras. Serás un granito de arena del desierto, pero cuando sopla el viento te levantarás de la duna y te puedes introducir en el ojo ajeno, en el ojo que más odies o que más te odie.

Por tanto siempre podemos molestar e incordiar y si tú incordias, yo me animo y aún incordio más y hiendo de boca en boca, podemos ser una gran boca y entonces el mordisco ya puede ser descomunal. Es como esas Pirámides que se hacían y que se hacen para estafarnos, yo te estafo y gano tanto y el jefe del tinglado gana más y si tú te animas a estafar a otro, pues ganarás más y el jefe mucho más y al final y hasta que la pescadilla la cola, no se descubre todo el tinglado. Pides que te devuelvan la pasta, pero la pasta se quedó en el bolsillo del jefe, o mejor dicho, está en un banco Suizo y a buen resguardo y para cuando salga del turullo. 10 años en el turullo, pero 50 años de dormir sobre lingotes de oro. ¡Hay que joderse!.

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JULIO CORTÁZAR