Son las 7 de la tarde y ya podía cerrar el chiringuito, pues hoy he recuperado la forma en la escritura y por ello, me siento contento. He recuperado mis antiguos mimbres y tengo las mismas sensaciones y bueno, me he quitado una gran preocupación de mi cabeza, que era que empezaba a pensar que me estaba quedando tieso de ideas y pensamientos. Claro que aostumbrado a estar escribiendo todos los días y más de 10 horas, pasar a escribir de vez en cuando y durante poco tiempo, me tenía muy preocupado.
Lo que sí queda demostrado es que buenas a primeras no se pueden ni se deben tomar decisiones, que hay que dejar pasar un tiempo prudente, un tiempo de espera y después de ese tiempo, tomarás la decisión pertinente. Vamos, todo esto que digo es lo que me falta a mí, pues yo soy de ir resolviendo problemas y de tomar decisiones tal como vienen y después ¿qué va pasar?, que meto la pata hasta las trancas y que me pasé a mi no es lo más preocupante, más preocupante es como tome esas decisiones hacia los demás y porque después ¿qué le explico?, ¿que fue un momento de dudas o un momento de rabia?.
Después ya no tiene arreglo, porque además soy tan drástico en mis decisiones que no dejo resquicio para poder volver atrás. En estos tres años ya me vapuleé a unas cuantas personas y que en principio eran amigos o amigas y les tejí unos trajes de mala baba que prefiero ni acordarme. Eso, les dije de todo, menos bonito y no puedo decir que lo hice sin resentimientos, porque no es verdad. Lo hice con rabia, con resentimiento, con odio y con un puñado de mala baba y de ahí salió un coctel molotov y que supongo que les explotó en su cara. Algunos y sólo algunos se salvaron de la quema y por a lo mejor en ese momento no me acordé de ellos o que en ese momento nos llevábamos bien. Desde luego queda confirmado que a mí se me quiere o se me odia y que nadie se queda impasible.

Después ya no tiene arreglo, porque además soy tan drástico en mis decisiones que no dejo resquicio para poder volver atrás. En estos tres años ya me vapuleé a unas cuantas personas y que en principio eran amigos o amigas y les tejí unos trajes de mala baba que prefiero ni acordarme. Eso, les dije de todo, menos bonito y no puedo decir que lo hice sin resentimientos, porque no es verdad. Lo hice con rabia, con resentimiento, con odio y con un puñado de mala baba y de ahí salió un coctel molotov y que supongo que les explotó en su cara. Algunos y sólo algunos se salvaron de la quema y por a lo mejor en ese momento no me acordé de ellos o que en ese momento nos llevábamos bien. Desde luego queda confirmado que a mí se me quiere o se me odia y que nadie se queda impasible.
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