Yo de siempre le he dicho a mis hijos y sobre todo a mi mismo, que en la vida no se puede ir por detrás, por detrás de los acontecimientos, por detrás de los estudios o del trabajo o de lo que se quiera. Es verdad que el tren de la vida, pasa y que tiene varios vagones y que si no te subes a uno, te subes al otro, pero no puedes perder ese tren y porque en la vida sólo pasa un tren y lo coges o no lo coges. Bueno hay personas, que piensan que pasan varios trenes y si pierdes uno, pues simplemente coges el siguiente, pero por mi experiencia yo reafirmo en lo que digo: pasa uno y después te puede parecer que pasan otros, pero que en realidad son simples peditos.
Yo fuí durante un tiempo por detrás de los acontecimientos y puedo asegurar que ni se lo deseo a mi peor enemigo. El no llegar a tiempo a las cosas, te va produciendo una buena sobredosis de angustia y si ya llevamos la mochila lo sufientemente cargada, pues que la cosa no está para añadirle y por tu cara bonita, una tonelada más de peso. Siempre quedarán cosas en el tintero, pero lo más fundamental nunca se debe quedar. Yo pensaba que por el mero hecho de aplazar, las cosas se irían resolviendo y es al revés, las cosas se acumulan y a la velocidad del vértigo.
No es verdad que la vida espera, la vida sigue su ritmo y si te pones a su altura, quizá puedas disfrutar del viaje o por lo menos, tienes más posibilidades de poder disfrutar. Y no hay atajos, ni hay carriles de adelantamiento, pues al fin y al cabo, tú eres un simple ser humano y en cambio la vida, es pura energía y que yo sepa la carne no es más veloz que la luz. De todas y para no desanimar al personal, hay pequeños descansos reflexivos, hay momentos lúcidos en que puedes ir resolviendo cosas pasadas y al mismo tiempo, solucionar el presente.
Yo fuí durante un tiempo por detrás de los acontecimientos y puedo asegurar que ni se lo deseo a mi peor enemigo. El no llegar a tiempo a las cosas, te va produciendo una buena sobredosis de angustia y si ya llevamos la mochila lo sufientemente cargada, pues que la cosa no está para añadirle y por tu cara bonita, una tonelada más de peso. Siempre quedarán cosas en el tintero, pero lo más fundamental nunca se debe quedar. Yo pensaba que por el mero hecho de aplazar, las cosas se irían resolviendo y es al revés, las cosas se acumulan y a la velocidad del vértigo.
No es verdad que la vida espera, la vida sigue su ritmo y si te pones a su altura, quizá puedas disfrutar del viaje o por lo menos, tienes más posibilidades de poder disfrutar. Y no hay atajos, ni hay carriles de adelantamiento, pues al fin y al cabo, tú eres un simple ser humano y en cambio la vida, es pura energía y que yo sepa la carne no es más veloz que la luz. De todas y para no desanimar al personal, hay pequeños descansos reflexivos, hay momentos lúcidos en que puedes ir resolviendo cosas pasadas y al mismo tiempo, solucionar el presente.
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