No soy un rebelde sin causa, porque siempre he tenido causa... y causa y efecto y porqués y curiosidad. Las causas las llevo dentro, he nacido con ellas, he aprendido con ellas, he soñado con ellas y aunque por el camino se me cayeron varias causas, sigo conservando muchas y es más, me he dotado de otras nuevas causas. Hay causas generales, hay causas específicas, hay grandes y pequeñas causas, hay causas indelebles y hay causas del día a día. Yo sin causas sería la nada, yo sin causas sería el vacío y porque sé eso, yo me muevo todos los días buscando las causas del día. Yo por la mañana a primera hora, tengo que saber la causa del día y para poder despertarme con entusiasmo y ganas vitales.
Después, voy añadiendo las otras, que no son menos importantes que la primera, sólo pasa que van saliendo en orden y que por supuesto, que yo tengo el poder de cambiar su orden. Vamos que las voy priorizando en un proceso contínuo, cosa que tampoco es tan difícil, pues el priorizar es un don adquirido que se automatiza, es decir, que puede llevar segundos el cambiar el orden de tus prioridades. Hay que ser intuitivo y flexible, o sea hay que oír la voz de tu conciencia y observar y ver tu realidad y de ese análisis, van saliendo tus prioridades.
No sé, yo estoy intentado pasar estos procesos a cámara lenta y porque son muy rápidos y porque muchos se nos escapan. La velocidad de la mente es inmensa y nosotros, los humanos, somos tan lentos como las tortugas. A veces tomamos decisiones que una hora antes o más o menos, ya tomó nuestra mente, pero hay que entender que somos lo que somos, que necesitamos pasar por el proceso de asumir y es que además, hasta la célula más recondita, debe estar de acuerdo con nuestras decisiones y eso requiere un tiempo. Como decía el otro: nosotros somos un cuerpo hecho de millones de células y cada una tiene su propia independencia y por tanto, hay que saber escuchar a esos millones de células y antes de tomar decisiones.
Después, voy añadiendo las otras, que no son menos importantes que la primera, sólo pasa que van saliendo en orden y que por supuesto, que yo tengo el poder de cambiar su orden. Vamos que las voy priorizando en un proceso contínuo, cosa que tampoco es tan difícil, pues el priorizar es un don adquirido que se automatiza, es decir, que puede llevar segundos el cambiar el orden de tus prioridades. Hay que ser intuitivo y flexible, o sea hay que oír la voz de tu conciencia y observar y ver tu realidad y de ese análisis, van saliendo tus prioridades.
No sé, yo estoy intentado pasar estos procesos a cámara lenta y porque son muy rápidos y porque muchos se nos escapan. La velocidad de la mente es inmensa y nosotros, los humanos, somos tan lentos como las tortugas. A veces tomamos decisiones que una hora antes o más o menos, ya tomó nuestra mente, pero hay que entender que somos lo que somos, que necesitamos pasar por el proceso de asumir y es que además, hasta la célula más recondita, debe estar de acuerdo con nuestras decisiones y eso requiere un tiempo. Como decía el otro: nosotros somos un cuerpo hecho de millones de células y cada una tiene su propia independencia y por tanto, hay que saber escuchar a esos millones de células y antes de tomar decisiones.
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