Claro y claro y claro, hoy es un día otoñal y el cual va cabalgando hacia las duras entrañas del Invierno. Hoy el mundo circula en todos los sentidos y no como nos dicen, que circula en sólo dos sentidos. Hoy el mundo circula dentro de caos universal, pues mientras yo estoy aquí sentado y dandoos el coñazo, una estrella pasa a toda hostia por el cielo y rasga tal cual, el firmamento estratosférico. Ya véis lo que somos y somos pequeñas boñigas de mierda dentro de una gran mierda universal. Y todo esto, sólo lo digo para empezar, para empezar a poner a todo dios en su sitio y para que nadie se crezca demasiado.
Difícil elección tenemos, difícil ir más allá de las hormigas, pues las hormigas son nuestras realidades y es que dentro de la inmensidad del espacio, ni siquiera llegamos a la altura de las hormigas. En realidad, somos una suma de pequeños átomos debidamente conjugados y mezclados y esa mezcla resultante decide que tú seas de una manera determinada y yo sea de otra y tanto física como mentalmente. Bueno, algunos son larvas que siempre se arrastrarán por el fango, pero los demás no tenemos la culpa de que ellos se queden en su estado larvario y permanente.
Yo en eso, soy bastante individualista y en principio no hago peña con los demás. Mi peña es mía y si alguno se quiere sumar tendrá que pasar las pruebas selectivas y en algún caso, hasta las oposiciones y porque mi lema es muy claro: prefiero que seamos 4 desgraciados, que ser un buen montón de gilipollas. La masa y el pueblo llano, me enferman la mente y el cuerpo, pues esas masas hoy pueden encumbrarte y mañana, degollarte. No hay un criterio claro en las masas y porque su dogma vital, es ser borregos siguiendo a un gran líder de masas y un líder es un líder humano, pero también puede ser una serpiente que se disfraza de humano. Los seguidismos me desquician y por su puta ceguera y el culto a la personalidad hacia un líder, me pone carioco y entonces, ya no respondo de mis actos.
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