FLOTAR Y FLOTAR

Cuando esta fiebre pase, cuando yo vuelva a mis 36º naturales y viscerales, creo que por fin descansaré o puede que no y porque la rueda ya no hay quien la pare y todo gira y gira y en lo único que cambia es la velocidad de los giros. A veces, son giros vertiginosos y otras veces, son más pausados y tranquilos, pero esa puta máquina ya nunca se va a parar. Sabéis ¿lo que es eso?, pues es una sensación de que por mucho que quieras controlar el tinglado, él siempre irá por delante y tú como un puto panoli de mierda, te dejas querer y envolver por los acontecimientos y así, siempre irás de culo y sin frenos.

La verdad es que creo que en estos 4 últimos años he vivido más que en los 56 años restantes y estoy como si fuera un puto adolescente con canas, calvas y dolores articulares. Y del dolor del alma ¿que pensáis?, ¿en realidad duele o solo está transpirando y por no usar el desodorante adecuado?. El alma duele y duele mucho, pero como vivimos en tiempos científicos hasta los topes, el alma como no se ve, ni se toca, es la primera que cae de nuestros planteamientos. Pues nada, el que quiera seguir tomando pastillas y porque le falta el alma, que siga su camino y porque yo seguiré el mío y el mío dice que: que no hace falta ver o palpar el alma, pues el alma se mueve en otras dimensiones y que como limitados seres humanos que somos, nunca y nunca llegaremos a comprender su existencia.

Pero ¿quién no ha sentido que el alma se le sale del cuerpo? o ¿que le da un vuelco y se pone a hacer el pino?. Yo no lo he sentido muchas veces. pero si algunas y es cuando te das cuenta que somos trozos de carne con dos patas y algunos con alma y otros son, amorales sin alma. La sensibilidad, la sensibilidad que todos deberíamos tener que tener a flor de piel y con ese arte de que con solo una caricia nos deberíamos quedar fundidos y derretidos, pero la carne es la carne y el alma es el alma y las dos juntas y bien mezcladitas, te hacen sentir que el cielo se te queda pequeño y que el Universo es una mota de polvo. Flotar, no está prohibido y aunque lo estuviera, yo seguiría flotando.

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JULIO CORTÁZAR