EL SILENCIO Y EL HALO

Y silencio espeso y silencio de horas muertas y silencio sin palabras y sin sonidos y sin aire y sin viento y sin lluvia...y sin aliento. ¡¡Y SILENCIO!!. Y yo no soy enemigo del silencio y porque me gusta el silencio y porque me gustaría estar más tiempo en silencio, pero a veces pasa que el silencio se hace espeso e incómodo y porque en ese momento se necesita una palabra o un abrazo o una caricia y nada...y de nuevo, el SILENCIO...Y el peor de los silencios es cuando te quedas en blanco y sin palabras y sin deseos y porque esas palabras o esos deseos pueden traer malos augurios y entonces., no rompes ese silencio y te acomodas al silencio de tus pensamientos.

Claro que todo es más sencillo, pues te levantas y te pones a andar sobre los mares y sales a la puta calle y oyes y escuchas y saludas y como si fueras todo un tío normal o normalizado o como diría el otro, como si fueras un tío más. Claro que ellos, los demás, no te ven, ven tu espléndida sonrisa, tu cara de sueño, tus ojos perdidos, tu lengua de trapo, tu aire de don nadie y de poca cosa, tus gestos contenidos y retenidos, pero tu halo no lo ven y porque ese don solo lo tienen algunos y que por cierto, no abundan estos días.

El Halo es otra cosa, es ver que irradias, es sentir que eres un ser que ama la vida, es ver que eres persona por encima de todo y que a pesar de ser tan sensible, nadie puede hacerte daño y porque las mezquindades humanas te hacen cosquillas y porque vives en tu puta nube y la Tierra puede ser muy redonda, pero tu nube no y porque es infinita. No sé, yo creo que es muy fácil de ver y porque yo identifico fácilmente a los que llevan Halo y por eso, a ellos, les brindo éste escrito.

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JULIO CORTÁZAR