Transcurre la mañana, mejor dicho, se está acabando y casi no hice nada productivo, bueno hice muchas cosas, pero creo que mi concepto productivo está cambiando y ya no es el de antes. Ahora mi producción la mido en la escritura y en mi curre y en los asuntos que tenga con mis hijos y digamos que estos son mis tres pilares: escribir, currar y cuidar de mis hijos. El resto me es secundario, porque el amor y las grandes pasiones las tuve que dejar aparte, porque las cosas no siempre salen como las piensas y ahí, es donde tienes que demostrar que aún tienes cintura y que el pescado más caro, no siempre es el mejor, sólo tiene más posibilidades de que sea el mejor. Claro que hoy han intentado derribarme mi concepto de la pasión, porque yo mido la pasión en sentimientos y deseos y el pragmatismo lo dejo de lado.
Bueno, pues así anda la cosa y anda un tanto despistada, porque yo en el amor no antepongo nada, no busco las fórmulas definitivas, sólo quiero las bases claras y a partir de ellas, desarrollar el resto...claro que algunos pensarán : tío, así no ofreces nada. Y la verdad es que no quiero ofrecer nada, sólo sentir y hasta donde el cuerpo aguante...pero eso requiere tener mucha libertad y tener el alma limpia y el cerebro dispuesto a dejarse llevar...pero al parecer no siempre se puede y para destrozar mi concepto del amor, se usa otro concepto, el del amor meditado, pensado, valorado, sopesado y como si el puto amor fuera una mercancía de una puta tienda (lo he exagerado a propósito y creo que para compensar).
Pues lo siento y lo siento mucho, pero mi concepto del amor seguirá en pie, porque yo no persigo estructurar las relaciones, porque me niego a ello. Y las relaciones serán distintas en función de las dos personas implicadas y eso nadie lo marca, en tal caso lo marca el día a día y su puta melodía. Y para ser más concretos, yo no quiero vivir con nadie, tengo mis 60 tacos y la vida casi resuelta y entonces según vaya esa relación, yo decidiré que fórmula me es la más apropiada, pero nunca antes. En principio, yo no quiero envejecer con nadie, pero aún así admito una posibilidad, que me encuentre con alguien que me deje prendado o enamorado y porque nunca se puede decir que de éste agua no beberé y ésta vez, casi...casi llego, claro que a mis edades, hay otros pesos, hay otras vidas anteriores, hay hijos, hay maridos, hay novios, hay seguridades económicos, hay costumbres compartidas, hay familia, en fin, que hay demasiadas cosas y no todas son preciosas y hermosas.
Bueno, pues así anda la cosa y anda un tanto despistada, porque yo en el amor no antepongo nada, no busco las fórmulas definitivas, sólo quiero las bases claras y a partir de ellas, desarrollar el resto...claro que algunos pensarán : tío, así no ofreces nada. Y la verdad es que no quiero ofrecer nada, sólo sentir y hasta donde el cuerpo aguante...pero eso requiere tener mucha libertad y tener el alma limpia y el cerebro dispuesto a dejarse llevar...pero al parecer no siempre se puede y para destrozar mi concepto del amor, se usa otro concepto, el del amor meditado, pensado, valorado, sopesado y como si el puto amor fuera una mercancía de una puta tienda (lo he exagerado a propósito y creo que para compensar).
Pues lo siento y lo siento mucho, pero mi concepto del amor seguirá en pie, porque yo no persigo estructurar las relaciones, porque me niego a ello. Y las relaciones serán distintas en función de las dos personas implicadas y eso nadie lo marca, en tal caso lo marca el día a día y su puta melodía. Y para ser más concretos, yo no quiero vivir con nadie, tengo mis 60 tacos y la vida casi resuelta y entonces según vaya esa relación, yo decidiré que fórmula me es la más apropiada, pero nunca antes. En principio, yo no quiero envejecer con nadie, pero aún así admito una posibilidad, que me encuentre con alguien que me deje prendado o enamorado y porque nunca se puede decir que de éste agua no beberé y ésta vez, casi...casi llego, claro que a mis edades, hay otros pesos, hay otras vidas anteriores, hay hijos, hay maridos, hay novios, hay seguridades económicos, hay costumbres compartidas, hay familia, en fin, que hay demasiadas cosas y no todas son preciosas y hermosas.
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