UN "DÈJA VÚ"

En realidad no sé donde esconderme,

en realidad no sé de que tengo que esconderme,

lo fácil y llano sería decir:

 si tú no sales de tu casa

y es verdad, casi no salgo de mi casa,

bueno sí, para ir a currar a destajo

me gusta y mucho lo de currar a destajo, 

pero en realidad no curro tanto,

pero lo mío es más trabajo cualitativo que otra cosa

y porque en mis manos tengo poderes vitales que a veces salvan vidas

y digo, a veces y porque a veces no es equivalente a decir, siempre

y también salgo para llevar a mi hijo pequeño a donde sea 

y donde haga falta

y que si, que casi no salgo de mi santa casa,

no salgo, ni tengo perspectivas de salir próximamente,

me gusta estar en mi casa con mis cosas:

con mis plantas y flores,

con mi querida y amada estufa de leña,

con mi pequeño y delicioso Portátil,

con mis películas que ahora ya no son tantas,

las he visto casi todas

y las que me quedan por ver, me gusta dosificarlas,

yo no quiero morir de sobredosis,

pero tampoco, quiero morir de mono,

por eso intento dosificar mi vida y mis historias

y regalarme pequeños regalos maravillosos,

 me encantan los detalles,

los pequeños detalles entrañables

y mi casa está llena de pequeños detalles añorables,

y eso que hubo épocas de auténtica sequía en cuanto a detalles,

pero he comprobado que eso no importa,

porque en épocas de esplendor en la hierba

he llenado mi casa de pequeños y diminutos recuerdos,

además, me da igual,

porque yo no necesito tener que tocarlos y sobarlos,

me llega con sentirlos y verlos desde mi Alma inmunda,

que es lo mismo que decir, 

que me gusta alucinar con ellos, existan o no existan,

los mundos son así,

tú creas mundos y ellos se desarrollan de por sí

y cuando los vuelves a visitar,

son mundos dentro de otros mundos que te dejan un "dèja vù".

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JULIO CORTÁZAR