AMANECERES

 


Se extienden mis necesidades más vitales,

y una, 

se hacen de hambre insaciable,

y otra, 

se crecen como la mala hierba en un día de lluvia,

y hay alguna, 

que se disfraza de verde aceituna

y hay alguna otra, 

que se camufla de dama de noche 

y además lo hace

justo al llegar la noche.


Lo mío 

no es la pureza de la evidencia,

lo mío es la imprudencia temeraria,

y el pecar porque es mi deseo

y porque me da la gana que así sea.


Nadie llora sin lágrimas,

las lágrimas caídas tienen el mismo sentido

que tiene un charco después de la lluvia

y todo se adormece con el paso del tiempo

y cuando llega la noche

y pocos minutos después,

todo se despierta

y en esos amaneceres de los que tanto nos habló la luna.



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JULIO CORTÁZAR