MI PROPIA HISTORIA



Yo no busco historias nuevas 

ni busco historias reales 

ni de prensa rosa

y con las que amanecer en cada día de mi vida

y para ser relleno de mi aburrimiento.


Yo busco los golpes bajos que nos da la vida

y su dolor de órgano ofendido y agredido

y de como reacciona ese cuerpo maltratado y malherido

y que además, 

hace herida que rezuma todo lo malo que llevamos dentro.


Yo rebusco en mis entrañas

y no encuentro nada extraño.

A lo habitual,

 lo siembro como mejor puedo, 

y además,

 lo planto en el jardín de mi casa

y justo al lado de la vereda que linda con mi vecino.


A lo extraño

 le hago un  monumentos de hierro, plomo y uralita,

pues lo mío,

no son las chapuzas a domicilio

al final, lo mío

 es hacer que mis alucinaciones 

se conviertan en brillantes luces interiores.


Yo le encuentro sentido al sin sentido

y por eso todas las mañanas me digo,

no te preocupes, tío...

la vida sigue su curso y su propia historia

y yo mientras tanto

sigo contando mi vida como el que cuenta una bonita historia

y dentro de ese cuento que me he inventado 

nunca duermo como se debía dormir,

con un pie agarrado al palo del gallinero

y con el otro suspendido en el aire

y así es imposible dormir bien.


Creo que ese cuento

tenía hermosas vistas al mar,

que su cristalera era de cristales de bohemia,

que el sol que la enardecía en cambiantes reflejos dorados

era más brillante que un diamante embrutecido,

y que justo al ponerse el sol,

bajaba la intensidad de sus bombillas.


Creo que estuve en el infierno

pero a pesar de todo

y poco a poco

me fueron creciendo los miembros

y al mismo tiempo

mis necesidades más elementales se encogieron de hombros

y al final, fueron pasando de mí.


Al final del final,

 he sido larva

y he estado de visita en el otro lado

 ahora no sé como decirlo,

me hice más persona,

vivo en un castillo de arena,

desde su torre diviso la interminable raya del horizonte,

alrededor de su cintura amurallada

tiene un profundo foso

en el que de vez en cuando me baño entre tiburones

y poco más que contaros...

¡¡¡Ah¡¡¡ sí...que ahora tengo alas.

Y entonces y con eso concluyo

 de larva he pasado a linda mariposa.

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JULIO CORTÁZAR