OBSESIONES

 


Duele el cerebro

cuando te obsesionas con algo o por algo.

Duelen las sinapsis neuronales,

 el lóbulo frontal

y hasta la epidermis y la dermis.

Duelen las neuronas

en su largo viaje astral.

Duelen las meninges

y la duramadre.

Duelen los tímpanos

y la trompa de eustaquio.

Duele el líquido cefalorraquídeo,

el quiasma óptico

y hasta la silla turca.

La obsesión es un proceso en expansión,

que primero, crece de frente y de lado,

que después, se encapsula

y entonces toma forma de bola de fuego,

vuelve a crecer

y comprime todo a su alrededor

y entonces, duele más

y late de motu propio

y como un monstruo que se está criando

y no anda porque no tiene piernas

y no habla porque le gusta el dolor mudo y sordo.

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JULIO CORTÁZAR