Me parezco a esa ciudad de mierda
en donde he nacido y me he criado.
Voy desgajado como un producto apartado y apestado.
pero lo peor de todo
es que yo sé, que sobro...
Que los bien pensantes me dicen o piensan
que estoy muy loco
y así ellos, siguen todos contentos.
Lo mío, me dicen
son tonterías de un pobre desgraciado
y lo suyo, son verdades de fe
y es más lo dicen, sin ningún arrepentimiento.
Ellos te sueltan,
con ese toque de superioridad
que alguien les otorgó y por la gracia de dios
y sobre todo, de sus santos cojones,
que estoy muy equivocado,
que debo defender sus privilegios y los míos
y que me deje y de una puta vez por todas,
de decir tantas gilipolleces.
Que ahora lo que está en juego
es el poder...
y por eso, todo esto
les importa tanto.

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