Yo, todo bien...
ya sabes...currando
como siempre currando y escribiendo
y consumiendo el tiempo y mi escasa paciencia.
Yo todo bien, repito,
que no bien del todo,
porque siempre falta algo
y es que sino faltara,
apagarías la luz de la mesilla de noche
y a dormir día y noche.
No hay peor quietud
que la placidez de un lago siempre rebosante,
con luces tono pastel y caramelo,
y con aguas de cristal transparente....
No hay peor quietud
que el sentirse acomodado
y a su vez, instalado en la complacencia,
pensando que ya no queda más por hacer,
que en ésta vida ya has cumplido
y que lo único que hay que esperar
es que asomen las viejas luces de la muerte.

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