Yo pensando que podía darle vueltas a la vida
y resulta que la vida
es un precipicio sin fin
que acaba como todos los finales melodramáticos...
tu cuerpo se queda incrustado en las rendijas del suelo.
Y en realidad tendría que ser así,
yo tendría que aceptar que tengo mis puntos débiles
y la vida me tendría que decir a mí...
lo siento por lo prometido,
nada se parece a lo que un día (hace mucho tiempo) te prometí.
Pero en fin, yo nací y crecí
y me hice persona adulta.
Pero lo que realmente importa es que...
que yo quería un sitio para vivir y ser
y he sido y he vivido y hasta he dormido en los laureles,
claro, que ahora no cuento todos mis momentos peores,
sería para contar un día
y estar llorando un año...
Y una de cal y otra de arena
y yo me compenso descompensándome
y me desequilibro buscando mi equilibrio,
me muevo entre capas de cebolla
y deshoja como las margaritas...
¡Así soy yo y no lo niego!.

No hay comentarios:
Publicar un comentario