Hoy la producción está bajo mínimos, hoy me siento vago y pegajoso, vamos como me siento siempre que salgo de Guardia y porque las Guardias no tienen piedad de mi existencia y me absorben la energía vital como putas esponjas secas y necesitadas. Me siento en ese sofá de mierda que tiene el puto sitio donde pernocto y trabajo de larga guardia (24 horas) y aparte de que me acaba doliendo el culo y el ano y porque el sofá está desfondado y destrozado y se me clavan como agujas sus viejas estructuras retorcidas de sofá resentido con el que se sienta. Y la Cama, la maldita cama de mierda y con sus muelles salidos y marcando claramente el terreno y como si te dijeran en plan descarado: tío no tengo porque soportar tu peso de Ballena ( mi peso, es más bien de Ballenato con forma humana). Y el sitio no está tan mal y siendo justo, está muy bien, pero sólo tiene un gran problema, que es tu sitio de trabajo y que allí te tienes que pasar 24 horas seguidas y a toca teja.
Pero viéndolo desde fuera o sea desde la distancia astral, el sitio parece que no está tan mal. Claro que si calculo todo el tiempo que allí me paso sería el equivalente a unos cuantos y bastantes años de condena. Bueno, eso pasa con todo y que por calcular que no quede y como hizo el otro, que se le dio por hacer estadísticas de cuanto tiempo se pasa la gente parada en el coche delante de los semáforos en las ciudades y claro, la conclusión es más que deprimente, pues a algunos le sale a un quinto de vida. O sea que de cada 5 años te pasas un año pasmado delante de un puto semáforo en rojo.
Y visto así, sería poco que por lo menos no te cagues o no te cortes las venas. Visto así, tendría que empezar hoy mismo a saltarme todos los semáforos en rojo y porque no quiero regalar a la nada un quinto de mi vida. También hay quién calcula el tiempo que se pasa un peatón delante de un puto semáforo y esto sí que es más deprimente y porque se pasa más tiempo que los otros, que los señores conductores, y además, no tienes música a bordo, ni uno se puede hurgar cómodamente la nariz y pegar la pelotilla al volante. Lo hacen y lo hacemos muchos conductores en los semáforos y allí aprovechan para limpiarse y limpiarnos a fondo las estalactitas de las cuevas nasales y así analizar tranquilamente el producto extraído. Normalmente se hace la pelotita de marras y a base de darle vueltas y se intenta pegar al volante o al salpicadero y para que sirva de bello adorno. Problema: cuando dejas el coche a alguien, pero como es dejado y prestado y no le va a costar ni un duro, por lo menos que note la huella de su verdadero dueño. De alguna forma hay que marcar territorio.

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