EN EL FONDO... (Escrito hace 5 años)



Pues manda carallo, me acabo de enterar que hoy es día 3 de Febrero y que mañana es 4 y que pasado es 5 y ese día arderá el mundo y porque es mi cumpleaños. Cumplo 60 tacos (como se podrá comprobar, esto fue escrito hace 5 años) y me miro al espejo y me digo: hijo, si pareces más jovencito y además me lleno con pensamientos malos y peores: si el otro tiene 50 años y está mucho más viejo que yo y además, yo sigo haciendo deporte de vez en cuando y el otro, no se apea de la barra del bar. Lo que quiero decir, es que siempre encontrarás a un pringado más echo polvo que tú o mismo te buscas a un pobrecito enfermo terminal y esa comparación te pone y te enaltece y claro, te hace ser un poquito más gilipollas.
Somos como somos, pero somos seres egoístas hasta la médula y con la vejez éste aspecto tan siniestro se multiplica como las malas hierbas. Hombre, hay que entender que te quedan dos telediarios o tres y uno ahí, no está para tocar gaitas conciliadoras y amorosas, es más, uno se envilece de tal manera que se hace peor persona. Y es que en el peor de los casos, acabas deseando que a tu vecino (el que te cae mal o peor), se cague patas abajo por descontrol de esfínteres o que le de un yuyu y que quede más lelo de lo que ahora es y todo, porque así tú te creces. Y leer las esquelas todos los días, no es para saber cuando se van muriendo tus conciudadanos, es más un acto de autoafirmación del ego y todo para decirte a ti mismo: yo sigo vivo y el otro, acaba de pringar.
Y es que tiene cojones que empiecen a morir tus amigos o tus familiares más cercanos y porque te entra una especie de fijación mental, pues la muerte a tu alrededor se hace fija, diaria y rutinaria. Y éste pensamiento tiene su tela, pues te has pasado la vida intentando crear vida y de repente te inunda la vejez y las luces de la fiesta se empiezan a apagar. Pero no nos pongamos excesivamente tristes y porque yo aún no he llegado a ese punto y aún quiero retener la vida y aún quiero disfrutarla hasta su último suspiro. 60 años y sigo en pie, 60 años y me duelen las articulaciones pero dentro de un orden y por eso aún estoy a tiempo de actuar y de que éste proceso se haga más despacio y más humano. Y es que en el fondo, ¡yo me quiero!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR