MEMORIA

 


Somos nuestra memoria. 

Somos reflejos de trozos, pedazos,

piedras, hechos, perdones y malas decisiones.


Dependemos de los sonidos del agua,

una gota que salpica

es un recuerdo de amor, dolor,

o herida siempre abierta.


El constante golpeo de la lluvia fina

es el recuerdo de como se mojaba tu pelo

y del inquieto aleteo de tus pestañas.


Memoria desmemoriada,

recuerdos que huelen a naftalina,

a hierba, a paja y a tierra mojada.


Memoria de olores inolvidables,

de aromas a flores,

de pan recién hecho,

de café humeante,

y de inconfesables historias de sexo.


Memorias de domingo,

de tardes lluviosas,

de olas ponzoñosas,

de eternas mañanas de verano,

de reflejos de playa,

de arena, de pinos,

de tranvías,

de fuentes,

de sol y sombras,

de risas,

de penas,

de tiempos revueltos,

y de cuando la vida

era una autopista sin final y sin peaje.

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JULIO CORTÁZAR