Mi único testigo,
soy yo
y así será mientras no me duplique en dos
o en tres o en cien.
seguiré siendo fiel a la sombra que emito
y al contorno que dibujo con mis dedos,
y al mismo vaho que desprenden mis anhelos.
Seguiré siendo uno,
único y solitario,
sin hermanos,
apenas amigos,
algunos buenos compañeros,
y no mucho más cabrá en mi mochila,
quizá una muda de ropa,
un poco de fruta,
el agua lo doy por descontado,
y unos cuantos pañuelos
por si me da por llorar
o por si me resfrío al doblar la esquina.
Poco y ligero de equipaje
liviano de prejuicios,
dispuesto a darlo todo,
amable con el entorno,
querido y amado intensamente
y yo sin manos para devolver tanto amor.
Tendré que agradecer
todo lo que me han dado,
y una vez más
reivindicar
todo lo que he querido.

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