La pintora Maruja Mallo fue el gran amor frustrado de Miguel Hernández, como lo fue de Rafael Alberti. A ella dedicó el poeta alicantino su obra "El rayo que no cesa": "A ti sola - escribió en la dedicatoria- en cumplimiento de una promesa que habrás olvidado como si fuera tuya".

No hay comentarios:
Publicar un comentario