Ahora...
no sueño apenas nada,
ahora vivo de antiguos sueños casi narcóticos,
ahora vivo de playas,
de viejos pinares,
de hogueras que casi nunca se apagan,
de noches estrelladas,
de amores de fuego y de linterna,
de silencios entre chispas de leña,
mira por delante tenemos la mejor noche del mundo,
disfrutemos de los fuegos del averno,
seamos pólvora que se enciende con un beso,
cubrámonos con helechos que trae el viento,
y sobre todo, miremos al cielo,
por allí se anda y se circula a otra velocidad,
tú en un segundo ves pasar una estrella fugaz
y al mismo tiempo
luego te dicen y después te cuentan
que han pasado millones de años luz en un segundo sideral.

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