Cuando me levanto
a veces me descubro, temblando,
miro al horizonte y no veo más allá de la pared,
veo mis dedos y siento que están pasando hambre,
hambre de ti,
hambre de escribir
hambre de maldecir y sonreír...
En días así quisiera dormir en una noche eterna,
y despertarme de nuevo sin memoria,
mirar mis dedos
y sentirme humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario