Una lengua carente de sentido,
un andar que no sigue los pasos marcados
un correr hacia delante con los brazos abiertos,
una calurosa tarde de verano,
un aliento en medio del desierto,
un anochecer en el fin del mundo,
un día cualquiera paseando contigo
lluvia fina y delicada sobre tu cara,
el mundo entonces, se para...
y justo en ese instante de magia
tu imagen se refleja sobre la piedra.
Y pudo ser un espejismo
o pudo ser una alucinación.

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