Pasó un suspiro
y una estela de burbujas se dibujó en el cielo.
Pasó una estrella fugaz
y se encendieron las luces de la noche.
Pasaste tú
y no pasó nada dentro de esa quietud total,
ni viento, ni firmamento,
ni cuentos, ni historias,
ni abrazos, ni besos,
ni buenos días, ni buenas noches,
ni poemas a tu nombre.
Ahora hablo de todo, menos de ti,
tú eres mi ausencia que ha dejado de doler,
sabes a plástico, hueles a pesadilla
y te aseguro,
que por encima de ti
ha pasado una apisonadora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario