La vida es una rutina, decía una canción de los "Doors". Y lo peor de todo es que han pasado más de 30 o 40 años y la vida sigue siendo una puta rutina y por encima, se empieza a ver el final de la obra. Más cerca estamos de dejar de ser rutina y para convertirnos en otra cosa, que a lo mejor y solo digo a lo mejor, es más rutinaria que ahora. A lo mejor solo dormimos eternamente. Hay quién piensa en reencarnarse y por arte de magia, piensa en la posibilidad de entrar en otro cuerpo. Yo si me reencarnara, quería ser el mismo, pero mejor, mucho mejor que ahora: querría ser más buena persona, fiel a la amistad y al amor, luchador empedernido, más solidario y mucho mejor compañero. Siempre mucho mejor que ahora, porque a peor es imposible ir más allá de lo que he sido. Siempre hay un más allá del más allá y a lo mejor cuando llegas a serlo, te estás convirtiendo en mejor persona (el pez que se muerde la cola).
Pero aquí, estamos. Vivimos, sobrevivimos, nos sobresaltamos, nos escondemos de los malos rollos y de las peores penurias, nos sentimos solidarios cuando firmamos alguna misiva de apoyo a los más desgraciados, a veces nos queremos y hasta la extenuación. En otras, nos odiamos y por cualquier gilipollez. Nos decimos libres y cuando estamos atados de pies y manos. Derrochamos simpatía y alegría cuando nos dicen que hay que hacerlo en ese determinado momento (por ejemplo, para celebrar el carnaval o el fin de año). Somos hipócritas porque hemos aprendido a ponernos de perfil. Otras muchas veces, nos cabreamos por el idioma, por la cultura y porque es mi cultura y no es la tuya. Nos obsesionamos, con la perfección y cuando sabemos y de sobra, que nadie es perfecto. Al débil, lo despreciamos y lo apartamos a un lado. Al imbécil de turno que se cree el amo del mundo, lo adulamos y lo revenciamos. Somos seres humanos, pero nos tira lo más inhumano. A veces, ejercemos de compañeros y nos damos compañía y apoyo, pero otras veces, buscamos el lado más solitario de esta historia llamada, vida y allí, nos quedamos instalados largo tiempo. Yo escogí el lado solitario de la vida, por el camino he tenido tanta compañía que ahora me toca descansar.
Y como yo no me voy reencarnar en nada, en nada que yo sepa, creo que mi cuerpo se pudrirá dentro de una caja de pino, aunque a mí me gustaría que fuera de roble añejo. O puede que sea quemado en una pira funeraria o que más me da..si después de muerto, pueden hacer de mí un espantapájaros o una momia disecada.
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