El pasado no duerme
y yo tampoco duermo.
El pasado te pasa factura
y te enseña tus números rojos
y tus cuentas pendientes
y además,
no se deja nada entre los dientes.
Los números, las cifras,
las drogas duras,
la gente hipócrita,
la mala suerte
aquél día como llovía
y la pregunta del millón...
y como pagaré mis deudas.
El pasado no duerme
pero yo he pagado todo,
no debo nada salvo la hipoteca,
y con eso me es suficiente
tengo que pagar hasta morirme dos veces
y veremos si no tengo que vivir una tercera.
Estamos en ello
y por eso a los 68 años
yo sigo currando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario