Para llegar tan lejos

 Para llegar tan lejos, hay que echarle horas y sobre todo, ganas. Y disciplina, mucha disciplina, disciplina a raudales y hoy no quieres escribir, pues lo vas hacer igual. Lo que sí he conseguido es dejar de escribir en el trabajo y porque siempre se me colaba un poema por el medio de una actuación médica. Y ese no es el caso, ni es ni de lejos lo que se debe hacer. Por tanto escribo en mi tiempo libre y así libremente y tranquilamente escojo de lo que quiero escribir. Tan lejos, decía al principio de esta disertación y yo con lo de tan lejos me refería a llevar más de 12 años escribiendo y realizados más de 23.000 escritos. Que muchos serán sobre tonterías y yo apuesto a que sí y porque yo soy muy tonto. Y un tonto ¿qué va a escribir?. Habrá alguno que pensará para sus adentros, pues yo en 12 años podría haber escrito sobre 100.000 temas y bueno y yo le contesto: que me alegro mucho por él y por ser tan animal y tan bestia, pero ese no es mi caso y porque antes de estos 12 años, no había escrito en mi vida y además tengo que añadir, que en estos 12 años nunca dejé de currar y mi curre requiere de mucha energía y eso te produce un fuerte desgaste.

Esto del escribir es como una droga dura que al principio te altera y te desborda y que poco a poco y a base de disciplina, ganas y constancia, la vas domando a la vez que te vas encariñando más con ella. Y siempre y siempre me acaban haciendo la misma pregunta... ¿Y cuando vas a escribir un libro?. Y yo que sé, pues de momento sigo escribiendo y al mismo tiempo voy corrigiendo mis viejos escritos y esa es una tarea muy dura. Y por eso se repiten algunos escritos, pero si uno entra de pleno en el pequeño detalle, se dará cuenta que hay frases cambiadas o simplemente, nuevas palabras. Yo no aspiro a ser un escritor mágico, aunque adoro la magia de lo mágico, pero me falta tanto para llegar a eso, que necesitaría otra vida para empezar a rozar con mis dedos lo mágico.

Hay horas y horas y miles de horas y más miles de horas y hasta sumar la friolera de 12 años. No me darán el premio nobel de literatura y ni siquiera me darán un premio pequeño (de esos de andar por casa), pero eso puede ser debido a que no presento a ningún tipo de premio. Claro que en mi expiente quedaría muy bien (lo engordaría), ganó tal premio de poesía y quedó finalista en el otro. Y puede que algún lo haga, pero de momento no tengo tiempo ni para respirar de forma pausada.