COSAS QUE PASAN Y QUE A VECES DUELEN


 Hoy tienes recuerdos que debes recordar, dice el Facebook con la misma insistencia de un martillo pilón que nunca para, ni nunca va a parar. Y yo hoy no quiero recordar nada de nada y hoy mi pasado me da por el culo y no quiero recordar lo que escribí este mismo día hace un año y o hace seis años. A veces lo nuevo te renueva por dentro, te crea otras perspectivas distintas a las que tienes, te hace irte mar adentro y hasta que aterrizas en otra isla perdida como ésta en la que vivo, pero más salvaje, con menos guiris y con muchos menos barcos o lanchas fuera borda o yates que si juntarámos el sueldo de cien mil personas, quizá podríamos tener una parte del ancla. Y para que coño quiero tener un yate compartido, primero porque no quiero ni es mi pretensión tenr un inmenso yate y segundo, que en el extraño caso que lo tuviera, no compartiría con nadie mi camarote de proa. Para eso soy muy mío y el quiera compartir sus deseos de ir en puto barco, que se haga un tour en un megacrucero que vaya por todos los rincones del mar Mediterráneo y con 5.000 personas más y con una tripulación de 3.000 trabajadores y en total irás compartiendo esa especie de viaje que más bien parece una cárcel flotante, que se desliza suavemente por el mar y que en cada puerto repone toneladas de agua y a su vez, deja toneladas de mierda. Y figuraros y por un solo momento, la cantidad de mierda que pueden dejar 8.000 personas que viven a bordo de ese inmenso barco de ocho alturas. Ya ha pasado lo época romántica de un precioso y amable viaje en barco y por una razón muy sencilla, se masificó tanto la cosa, que lo más romántico que ahora tiene viajar en un crucero, es echarte un polvo en un cuarto de la limpieza y entre lejías y fregonas. 

Estamos muy equivocados con lo que estamos haciendo y un día un tío subió con bombona de oxígeno o a pleno pulmón el Everest y fue condecorado y catalogado, como un verdadero héroe. Y lo fue y lo fue en sus tiempos y porque poco tiempo después, todos quisieron ser tan héroes como él y entonces se inaguró el puto turismo en manadas y cuando ahora ves una imagen de como está el Everest se te cae el alma al suelo y porque lo suben miles de personas y en ascensiones bien organizadas por experimentados escaladores que a su vez, carecen de escrúpulos y su viejo romanticismo de montañero que antes tenían, se ha convertido en la ambición del dinero y ahora si pagas a tocateja una buena pasta, ellos te llevarán desde el campamento base a esa puta cima que ahora está tan degradada y a la que poco le falta para que uno de estos señores que viven de este cuento, montén todo un puto chiringuito en su cima y alli vendan bebidas y recuerdos del Himalaya. Pero señores vean bien la foto del Everest y no tardarán en darse cuenta que está lleno de mierda y basura y porque como son miles y miles de señores que se quieren hacer los héroes, pues pasa que cada uno aporta su granito de arena y uno deja el envoltorio de una chocolatina, el otro deja el plástico de una bebiba y eso sin contar todas las cagadas que dejan esparcidas antes y en la cima y después de la cima. Y el abuso de las cosas, lleva a eso a sobresaturarlas, a destruírlas como si nosotros fuéramos unas apisonadoras andantes y que nos importa una mierda todo lo que vamos aplastando. ¿qué duele todo lo que digo?...pues todo esto está basado en una certeza que es más que evidente. Ahora, si preferimos seguir viviendo de perfil, pues es muy simple y llegará un día en que el Everest se convertirá en las más alta montaña llena de mierda desde el campo base hasta la última roca de la cima y pongo otro ejemplo más, el mar Mediterráneo lo podemos convertir en el mar con más mierda y basura del mundo.













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JULIO CORTÁZAR