Y en esa fina línea en la que ahora vivo y a veces, sueño
y en que pierdo hasta el sentido que hasta ahora ha tenido mi vida
y donde me siento más capaz que ayer
y menos agresivo que antes
y porque antes me defendía con uñas y dientes
y porque mis principios podían instalarse en la antesala de la muerte
y porque de aquellas no tenía otra cosa que defender
y todas mis ganas eran murallas que sí o sí
tenía que defender
y con la muerte nos hemos topado
y porque yo he querido a muerte
me he sentido querido a muerte
me he enamorado hasta los dientes
y sé que mis ojos son verdes
y mis ideas han dejado de ser verdes
y por hacerse maduras
como ese melocotón que se ha caído al suelo
y de maduro que estaba
y porque su sabor me eleva hasta un melocotonero
que vivía frente a mi ventana y cuando era un tierno niño
eran melocotones como balones
y con un sabor que era gloria bendita
y cuando ese sabor inunda mi paladar blando
yo siento como si nunca me hubiera bajado de ese árbol.
Y hasta puede que nunca he querido bajarme de él.

No hay comentarios:
Publicar un comentario