Hubo un tiempo
en que yo no era viajero de nada
no me movía ni en el tiempo ni en el espacio
y mi mente se había convertido en un enjambre de aguijones
me sentia vacío de cuerpo, mente y alma
ni las flores eran parte de mi vida
ni los sentimientos estaban presentes
y porque se habían ido por las alcantarillas de la vida.
Era un objeto inanimado
iba por la vida en modo ausente
y nadie me preguntaba ¿qué coño haces?
y yo seguía andando como un zombi
y en cada esquina con la que tropezaba
cambiaba el guión de mi vida
y como si fuera una veleta
y porque como dije antes...
fui un objeto inanimado
que cuando se sentía solo
salía a beber con los cuatro principios que aún le quedaban,
pero a la tercera copa
sus pocos principios se iban para cama
y yo me convertía en un ser insaciable
que hasta se bebía el agua de los floreros.

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