Y yo pensando que mi vida
había sido un absurdo
y aunque en una pequeña parte lo fue
y hasta llegué al extremo
de acurrucarme como un feto muerto de miedo
tengo que decir
que gran parte de mi vida
fue una escuela de aprendizaje
y desde el principio de mi memoria
nunca dejé de aprender,
de sentir, de amar
de querer
y a veces, hasta de maldecir
y convertirme en una máquina de comer marrones
pero en el otro lado de la balanza
tengo a mis tiempos mejores,
brillantes y alucinantes
y son todo un alarde de colores vivos
y por donde de vez cuando pasa
el arco iris montado en un carro tirado por cuatro caballos
y eso en un barco es muy poco
pero en el espacio sideral cuatro caballos
es como un cohete con ocho velocidades
y yo voy al mando de esa nave
y cuando grito cuidado
es porque hay algo enorme delante de nuestro ojos
yo soy el comandante
y el que no quiera estar bajo mi mando
que se dé de baja voluntaria
y que pida ser miembro de otra nave
y así todos nos quedaremos contentos
y así seguirá la paz en el mundo
o por lo menos, en mi mundo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario