Mis prejuicios son casos aislados,
los tengo pero los tengo tapados,
y no es mi propósito esconderlos para que no se vean
y porque de momento intento comprender
que como ser humano que soy,
tengo esa parte que no acepto pero que está conmigo
que vive dentro de mí
que tiene su propia casa y su propio jardín
y que a veces se cuela por un resquicio
o por una fisura entre lo que era y lo que soy
y allí se sienta a ver pasar la vida
y a esperar a tener su momento,
momento de gloria, se dice
pero a esa gloria me la conozco muy bien
y mi experiencia con la gloria, nunca ha sido buena
y de momentos ¿qué os puedo decir o contar?
estoy lleno y repleto de momentos...
desde especiales a sobrenaturales
desde humanos a inhumanos
desde ardientes a fríos como el hielo
desde los sentidos desde la cima del Himalaya
a los que he tenido como un renacuajo hundido en la ciénaga del ultramundo
de momentos...
podía dar clases
sentirme catedrático
y dar lecciones de como hay que vivir los momentos
sobre todo, los buenos momentos
y con esa misma alegría que a veces derrochamos
y con esas mismas ganas
de que los buenos momentos cubran de flores.

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