PORTUGAL
PORTUGAL
"En PORTUGAL, unhos veñen e outros van, !así vai Portugal!".
Ahora estoy pensando en que es mejor dejarlo todo. Pasar de todo, e irse a otro lado cualquiera. Lejos de ésta miseria Pepera, lejos de todos estos políticos de mierda.
Cuando lo pienso un poco, me entran ganas de irme ahora mismo y liarme los petates rumbo a cualquier sitio. Me gustaría irme a Portugal, pues Portugal me encanta, aunque ya sé, que la situación que tienen es parecida a la que hay aquí. Pero como soñar aún, de momento, es gratis, pues me voy a deslizar por éstos parajes tan de ensoñación. De Portugal, me gusta su idioma, debe ser por su proximidad con el gallego, pero sobre todo me gustan sus parajes, sus extensas playas y me gusta su gente. Sus formas, su hablar, su cadencia. Me gustan sus grandes playas atlánticas, sus playas de mar abierto, su olor a bosque. Me gustan sus olores de algas, sus chiringuitos de playas. De las comidas, me quedo con su bacalao y sus estofados. De las ciudades, me quedo sobre todo con Lisboa. Oporto me gusta pero no tanto, la veo una ciudad más oscura, a lo mejor es debido a que la he visitado un montón de veces y muchas no estando muy entero o sea un poco o un mucho indispuesto. Cuantas veces, nos fuimos desde Vigo a probar sus excelsos caldos. Como estábamos más que rascados, nos apuntábamos a las catas de vinos para los guiris y siempre, siempre, siempre salimos muy afectados. Por esa razón a lo mejor me parece una ciudad más oscura. De todas formas, esa desembocadura del Duero es una pasada y tambien sus puentes.
Me queda mucho por recorrer de éste Portugal. Me falta por conocer gran parte de su interior. Algo me adentré, pero sólo algo, aunque lo suficiente para tener más ganas, me quedé con la miel en los labios y éste es un asunto aún pendiente.
De Lisboa, me quedo con todo o casi todo. Me quedo con su rio Tajo, tambien con sus puentes, con su luz (por eso le llaman la ciudad de la luz), con sus calles de adoquines, con sus edificios, museos y jardines. Sus cafeterías coloniales, sus tranvías, el ascensor que sube al Barrio Alto. Éste ascensor se merece un paréntesis. En éste mismo ascensor tiene lugar un fenómeno alucinante : resulta que en apenas unos segundos uno se transporta de un barrio de espacios muy abiertos a otro barrio con sabores muy distintos, éste último, el Barrio Alto, es un barrio de estrechas callejuelas y unas pequeñas plazas muy cálidas y envolventes. La transición es acojonante y a esa velocidad de vértigo, no te crees que así de repente, estés en la misma ciudad en la que estabas. Ésta transición entre distintos ambientes, pasa en todas las ciudades, con el simple cambio de barrio, sólo que en estas la transición es mucho más lenta. Se tardan como mínimo minutos, si no son horas, el tiempo empleado en esa transición (se me entiende). El aire limpido y el sabor colonial, sus variopintas gentes, su estilo inglés decadente. Yo estuve en su Camping, un precioso camping a las afueras de Lisboa, en las afueras pero no tan lejos, a pocos minutos del centro (por lo menos de aquellas). Lo que menos me gusta de Portugal es su música y a destacar por encima de todo, son los Fados. Los Fados me parecen un lamento contínuo, un llorar por las esquinas y toda su música lleva la misma cadencia. Una cadencia que suena a velatorio, a grito desgarrado, a grito que sale del alma, persi fuera un poco de ese grito aún tendría un pase, pero todas las canciones son gritos de almas que se queman en los infiernos. Andando por Lisboa es imposible que no te venga la música de un Fado, la ponen en muchos pub. Alguna que otra canción de Fado aún la soporto, pero más de tres y yo me pongo de los nervios, me pongo carioco. Pero como tiene fácil solución, que consiste en cambiar de acera o de barrio, para mi esto no resta encanto a Lisboa.
Óbidos, ciudad medieval amurallada, sita relativamente creca de Lisboa. Ésta pequeña ciudad totalmente acordonada por su preciosa y potente muralla, con sus callejuelas de empedrado, sus pequeñas plazas, sus rincones escondidos, es todo un cante a la belleza y se me olvidaba y su gato negro(como me podía olvidar, menos mal). He estado varias veces, sólo tengo pendiente pasar unos días y si no puede ser, me llega con pasar una noche y si no tampoco pasa nada, me llega con una linda postal.
Más cerca de Lisboa está la inefable, Sintra. Que si, que es preciosa, pero como todo lo que se excede en el reclamo, al final en parte te decepciona. Aunque sigo pensando que es una maravilla. pero es lo que pasas siempre, si es casi obligatorio su visita y te meten la propaganda hasta por los ojos, puese eso, que siempre te parece que es menos de como te la venden. Peor eso no tiene la culpa Sintra, la tiene la propaganda descarada y tambien el mogollón de gente que invade éste pequeño pueblo.
La parte sur de Portugal no la conozco de nada. Bueno si, de pasar por la autopìsta. Menudo conocimiento el mio. La parte Norte ya la conozco más, pues al estar al lado de Galicia son muchos años teniéndola al lado. Su parte interior es parecida a la parte interior de Galicia, las dos se continuan. Hay unos bosques de carballos y un parque natural, cuidado como cuidan los parques en Portugal o sea bien cuidado y mimado. De la costa de ésta zona, me encantan sus playas y sus temporales. Me atrae mucho la parte portuguesa de la desembocadura do rio Miño. Desde ésta parte se divisa la parte gallega, una preciosidad, junto a la desembocadura del rio. Algunas playas de ésta zona aún conservan ese sabor añejo, ese sabor de solera. Parece como si repente, volvieras atrásd en el tiempo. Es como si estuvieras en una playa de Galicia sólo que 30 años atrás. Conservan las chavolas para poder cambiarse de ropa, simpre vestidas de rayas. Las algas, menudas algas, grandes y carnosas. Y su olor, su olor a mar que se condensa en esencias.El poco turismo que hay, ayuda aún más a conservar ese aire decadente.
Coimbra, como dice la propaganda: !ciudad universitaria". Y eso al parecer vende, pues lo ponen como un reclamo, claro que esto lo ponen en todas partes. Hay aquí, en Menorca, un pequeño pueblo que se llama Alaior y en sus carteles figura el mismo reclamo. Sólo que en éste pequeño pueblo, no hay Universidad ni nada parecido, bueno si algún Fp y algunoa cosa similar. Bueno ,volviendo a Coimbra y su zona de alrededor, la ciudad en sí es muy bonita, aunque no puedo extenderme mucho sobre ella, pues la conozco de un sólo día y además a toda hostia. Cerca de Coimbra, a unos kilómetros hay un balneario que me trae unos recuerdos bestiales. El balneario de " ". Por éste balneario pasa un pequeño rio y este balneario, está situado en una pequeña llanura. De él recuerdo sus esplendorosos baños, su hotel, hotel "Palace" se llamaba. Un hotel tipo inglás decadente, con sus altos techos, con sus adornos tirando a barroco, sus lámparas de cristal con forma de telaraña, sus maderas indianas tipo caoba, sus jardines preciosos e inmensos, y sobre todo recuerdo que yo fuí estando enamorado y ese cristal sólo lo he usado, muy pocas veces en mi azorosa vida. Las conversaciones en una habitación de hotel, las noches prolongadas, los desayunos tardíos, los baños juntos en el balneario. En definitiva, un recuerdo que jamás de los jamases se olvida. Los recuerdos ahora se me agolpan, me vienen en andanadas,en destellos y todos se mezclan en una mezcla preciosa y vertiginosa. Que tiempos aquellos en mi Portugal del alma, que días, que noches, que mediodías, que paseos por los jardines del hotel, las tardes de excursión por toda la zona y hasta me acuerdo que me metieron una multa, creo que por exceso de velocidad. Claro, !si yo iba como una moto!. En mi vida he encontrado un balneario más bonito y eso que he recorrido unos cuantos. Despues de éste Balneario, los demás me parecieron vulgares.
Ahora, que estoy escribiendo sobre Portugal, me doy cuenta que me falta todo por conocer, que sólo tengo el gusto de conocer una ínfima parte. Buff!, !cuantas cosas pendientes!. Y Portugal está en mi agenda, está desde hace muchos años.
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