A veces el silencio es bueno, a veces callar es la mejor opción o la
mejor entre las malas. No debía serlo, lo lógico sería poder decir
siempre lo que se piensa, pero a veces resulta que lo que dices es
precipitado y está teñido de espontaneidad y te salen por tú boca,
sapos, culebras y serpientes venenosas. De todas formas llegado un
momento determinado de tú vida y que suele marcar la edad avanzada, y en
que lo que piense la gente te importa más bien un carajo, pues es muy
liberador decir todo lo que piensas y a pesar que siempre te trae sus
consecuencias. Pero salvo la muerte a mi ya no me asusta nada, no tengo
una imagen que vender, ni votos que conseguir, ni nadie me da duros por
pesetas o sea que el que se pica ajos mastica y ajuí y que el que quiera
que simplemente no me lea.Y lo de la muerte es curioso y lo es porque mira que he intentado cogerla por los cuernos y enfrentarme a ella y mirarla a la cara y sobre todo perderle el miedo, que no el respeto. Y el resultado final, es que le sigo teniendo miedo. La muerte es superior al pensamiento humano y por eso nuestro pensamiento nunca alcanzará a entenderla. Uno piensa y piensa porque está vivo y vivo es incompatible con estar muerto y por mucho que quieras meterte en su terreno, jamás llegarás a saber su funcionamiento. Además la muerte conlleva miedo, el miedo es su sustancia elemental e imprecindible, sin miedo no habría muerte y sin muerte el miedo no existiría. Pero bueno y supongo que si te preparas hasta donde tú puedes, la muerte no será tan letal en tú cerebro, lo será pero quizá no tanto.
O quizá lo mejor será dejarla en paz y hasta que se te presente delante de tús narices y mientras tanto sólo disfrutar de la vida y cuidarse de cuerpo y alma y no mentarla, pero no es tan fácil, pues con el paso de los años, a tú alrededor se producen bajas importantes y eso te hace pensar de nuevo en ella. Pero mientras no lleguemos a leer el periódico y sólo por fijarnos en las esquelas de cada día, indica que más o menos estamos en el camino correcto, y que aún nos sigue preocupando lo que pasa a nuestro alrededor, que es mucho y muy interesante. Así que a ver, observar, interpretar y disfrutar, que el tiempo se nos escapa como un puñado de arena en la mano y después ya no hay posibilidad de retroceso y es que con la muerte no caben los arrepentimientos, la muerte y su guadaña, sólo entienden cual es la cabeza siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario