Dicen que dicen y dicen que ya salimos de la crisis, que ya crecen los
brotes verdes, pero para que crezcan más, hace falta otra vuelta de
tuerca. Pasamos de una época en que para salvarnos era necesario que
todos pasáramos hambre, unos más y otros menos y de esa etapa, pasamos a
una nueva, en donde para ver afianzar y crear puestos de trabajo hace
falta que perdamos los pocos derechos que nos quedan. O sea en plena
crisis era necesaria la precariedad laboral y ahora que dicen que hay
repuntes de salvación, nos piden o mejor dicho nos obligan a sufrir más
precariedad o sea a ahogarnos un poco más. El dicho que dice que dios
aprieta pero no ahoga, lo superan los gobernantes, pues dios o el
gobierno o quién sea, aprieta y ahoga y es más nos condena a una muerte
lenta.Y como en tiempos de crisis viene bien un poco o un mucho de patrioterismo, ahora sacan de la chistera el Peñón de Gibraltar. A mi sinceramente el Peñón me importa una mierda y que no jodan más con éste tema y si los gibraltareños ponen bloques de cemento en el mar, pues se quitan y ya está y asunto solucionado. Pero eso no interesa, interesa darle un sabor patrio, un sabor a bandera y alagarlo en el tiempo, para que mientras nos joden más, sólo pensemos en patrias y banderas. Una buena pregunta, sería que pintamos quejándonos del Peñón y que ¿pasa con Ceuta y Melilla?, pues que recibimos la misma medicina que recetamos, eso pasa. Claro que si se quiere decir que los moros necesitan estar controlados y nosotros no, pues que lo digan claramente.
A éstas alturas de la película yo no soporto folletines noveleros y esos juegos de pasiones, que si ellos, los gibraltareños, son malos y nosotros los buenos y que seguimos siendo los buenos, por hacer el favor a los moros de obsequiarles con dos bastiones colonialistas. Ahora vendrán diatribas contra la pérfida Albiol y su política colonialista y se tocarán sentimientos oscurantistas, que versan sobre la nación española y sus fronteras. En tiempos donde se debían ir diluyendo las fronteras, respetando eso sí, las necesidades de cada uno, pues nosotros como los cangrejos, a andar hacia atrás hasta llegar a los tiempos de los Reyes Católicos.
Bueno el gobierno de España no hace más que aplicar la política que tan buen resultado dió y da, a CIU y a ERC en Cataluña, levantar banderas nacionales y patrioteras cuando el pueblo se muere de hambre. Como decía aquí el otro día un representante de ERC, que los tiempos que vivimos ahora, tienen un aspecto malo, la crisis y sus consecuencias, pero que tienen uno bueno y éste aspecto se notaba que le llenaba de alegría, y es que la bandera nacionalista sigue su curso hacia la independencia. En realidad a estos señores vestidos de senyera ya se las ha visto el plumero, aprueban medidas anticrisis y con más saña que el propio gobierno central, pues Catalunya ha servido de caldo de cultivo y de ejemplo a seguir y al final, despiden personal a destajo y socavan los derechos laborales, pero todo, igual que en España, se hace por la patria, aunque en éste caso se llame Catalunya.
Las patrias son retrocesos ancestrales y las fronteras son obstáculos de quita y pon y según convenga, y la ideología que rezuman es rancia y saca afuera los sentimientos más oscuros y negros. Y que nadie salte a la palestra, diciendo que no respeto los derechos de los pueblos, yo los respeto y los apoyo y es más los reivindico, pero nunca lo haré sin perder la perspectiva de que en realidad no están acuchillando los derechos más elementales, el derecho a comer y el derecho a hablar. Todo es compatible y no tiene que ser excluyente y el derecho a decidir de un pueblo, debe estar entre los derechos fundamentales. El sentimiento de un pueblo hacia sus costumbres, idioma y cultura, es una cosa y otra cosa distinta, es que se adorne de patrias y banderas
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