Es un domingo atípico, ha faltado el fútbol y no es que lo eche de menos porque fuera a ver un partido, si no por los gritos y las conversaciones de la gente y en un pueblo pequeño y donde hay poco con lo que divertirse, el futbol es muy importante y es lo único que le da un poco de vidilla a este pueblo olvidado de la mano de dios. Éste año y por la lluvia de ahora y en el mes de septiembre, se presume una buena época de setas y las setas y la estufa de leña, son las únicas cosas que este año me animan para el otoño. En octubre tengo vacaciones y más menos los mismos días que en Agosto, ¡qué bien vivo carallo!. Lo único es lo de siempre y ya lo digo por última vez, que no tengo pelas para salir de éste isla. En octubre estaré mejor, pero dudo que me haya recuperado lo suficiente.
Aunque fueran tres días a Barcelona me llegaba, pero prefiero no hacer planes, estoy harto de tener que aplazarlos. Pues mis planes se cimentan sobre el cadáver de los otros, voy fallando y fallando y de tanto fallo, me salgo por la tangente. Mientras me salga por algún sitio, es que la cosa sigue funcionando, el problema está en rayarme con la sensación de fracaso, pues el fracaso te inmoviliza en tú propia mierda y es que sentirte un fracasado es rendirte en vida. De todas formas hay planes que yo hice que no dependían de las pelas y bien que no los hice. Y eso si que hay que apuntarlo y repasarlos de uno en uno y a ver porque no se han cumplido. Nunca hay que dejarse, si te dejas demasiado, después no te encuentras. Y uno ya me viene a la cabeza y era el ejercicio y tengo una linda bici estática, que si no le doy el uso que toca, va a empezar a oxidarse y yo con ella.
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