DESAYUNOS CUTRES

Desayuno todos los día en el mismo bar, uno que está apenas a 100 metros de mi casa. Un bar feo y desangelado, pero siempre está lleno de gente. Siempre me pregunté como los bares cutres podían tener clientes. Yo no puedo contestar a eso, pues para mí los bares cutres son lo más auténtico y por tanto no puedo ser objetivo en éste  tema. ¡Hombre!, cutres pero con buen servicio y para mi eso se mide en buen producto y sobre todo, en buen trato. Los adornos y florituras que tengan no llaman mi atención. Yo con una gran barra y donde siempre haya un hueco, me conformo.

No necesito lujos en los bares, lujos no, pero limpieza puede que sí. Los abrevaderos que están sucios y llenos de cucarachas, como que se me quitan las ganas. Pero bueno como ésta vida no todo es línea recta, yo he tenido tiempos alicaídos y donde mi mejor amigo, se llamaba "Botella". Y daba igual su etiqueta y su contenido, bueno daba igual mientras llevara alcohol. Y claro en esos tiempos siniestros, el ánimo está a ras del suelo y entonces ya no buscas bares cutres para darle al trinqui, buscas bares guarros y asquerosos o bares lumpen. Hay una razón de anonimato, supongo. Pues nadie te conocía, ni te preguntaba nada de nada, todo dios iba a lo mismo, a encogorzarse  y mejor cuanto antes.

Además dada la moral que uno tenía, ese tipo de bares eran los más adecuados. Eran como anillo al dedo. De todas formas también me gustaban las conversaciones de los bares lumpen, pues eran otro punto de vista, era una visión del mundo desde los subterráneos. Se partía de que el mundo era de otros y que nosotros éramos meros espectadores, eso sí, espectadores colocados y bien colocados.

 No sé lo que me aportó esa experiencia lumpen, pero creo que algo me quedó de ella y puede que sea esa visión de las cosas, esa de ver que el mundo de fuera funciona peor que la mierda, pero la diferencia es que ahora, ya no considero ningún espectador del circo. Ahora me siento partícipe y con ganas de cambiar el mundo y eso digo ahora y ya veremos lo que digo mañana. 

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JULIO CORTÁZAR