
Mejor no me digas nada,
no me digas lo que ya sé,
y ahorra esa verborrea penosa,
y esa falsa compasión,
si tú quieres volar, pues vuela,
y si yo quiero retorcerme entre recuerdos oxidados,
estarás de acuerdo,
en que tengo derecho,
y es que es lo único que me queda,
el derecho de autocompadecerme
y el derecho a sufrir y como yo quiero.
Y no me vengas con monsergas,
ni con palabras paternales,
y con el es mejor que te olvides,
y con el es mejor que lo superes,
y yo digo,
que es mejor que te vayas a la mierda,
y no intentes conciliar lo imposible,
pues si tú te vas, pues vete,
y si yo me quedo como un queso fundido,
pues me jodo,
y todo por ser un estúpido,
y cada vez que pienso en que te creía,
siento la punzada del odio,
te odio y vete,
te odio y vete,
y de ahí no salgo,
te odio y vete,
y que te folle un pez con escamas.
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