MARIPOSAS

Me estoy arrepintiendo de haber nacido en estos tiempos. Yo debí haber nacido en el Renacimiento, cuando triunfaban las ideas y se fomentaba el pensamiento. Ahora se cultivan los hongos de lo ruinoso y la cultura se ha convertido en moneda de cambio, pero en moneda  de cambio devaluada. Tiempos oscurantistas, tiempos de valores negros y tiempos de invernaderos. Me dan ganas de hibernarme en mi agujero y quedar en éste estado de capullo en el que vivo.

Lo que nunca comprendí es como una preciosa Mariposa puede salir de un asqueroso Capullo. Me trae de cabeza ese problema. Claro que hay que entender que la realidad  aún es peor, pues aparte del estado de Capullo también pasa por una fase de Gusano y entonces ya me descompongo y me vuelvo loco. Por eso odio a las Mariposas, pues por muchas alas coloridas que tengan, yo solo veo en ellas, Gusanos y Capullos previos. Si Dios quiso compensarnos y gratificarnos visualmente con las lindas Maripositas, pudo ahorrarse sus fases evolutivas y que una mariposa naciera ya Mariposa.

Pero Dios es muy pillo y es de los que te regalan algo con anverso y  con doble sentido. La belleza procede de lo feo y lo feo de lo bello. Vamos la pescadilla que se muerde la cola. Pero en éste caso que digo, pudo hacer una excepción, la excepción que confirma la regla. Pudo, pero no lo hizo, pudo, pero no quiso y pudo hacer tantas cosas y en cambio no hizo ninguna, que por eso nos dejó de herencia ésta mierda de Mundo y para que busquemos su belleza y a pesar de que dejó al mando unos cuantos perros guardianes, voraces y rabiosos, seguiremos buscando entre tanta miseria diaria.

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JULIO CORTÁZAR