Antes la noche era la hostia. Era donde yo vivía y como un pez en el agua. Ahora ya no, ya no desde hace mucho tiempo, pues al llegar las 12 de la noche mis párpados se cierran como persianas. Pero durante un tiempo largo la noche fue mi aliada y mi compañera de viaje. De noche hice mis actos más importantes, tanto positivos como negativos, y en cambio en aquellos tiempos, el día era la transición. Como los Hoteles, contabas los días por noches. La noche, las luces, la música, sí la música, las personas medio colocadas, sino colgadas y priva, mucha priva, priva en cada sitio, priva en la calle, priva en una botella.
La noche suena a desfase y no siempre fue así, pero sí que lo fue muchas veces. Y mientras salías de noche orgulloso de quién eras, todo iba bien, el problema era cuando estabas en horas bajas, entonces te arrastrabas por los bares como una babosa. Parecía que la noche agudizara tus miserias. Era el gran problema de la noche, que todo el circo que se montaba se preparaba partiendo de que tu estabas bien y por el simple hecho de no estarlo, ya eras denostado.
La noche suena a desfase y no siempre fue así, pero sí que lo fue muchas veces. Y mientras salías de noche orgulloso de quién eras, todo iba bien, el problema era cuando estabas en horas bajas, entonces te arrastrabas por los bares como una babosa. Parecía que la noche agudizara tus miserias. Era el gran problema de la noche, que todo el circo que se montaba se preparaba partiendo de que tu estabas bien y por el simple hecho de no estarlo, ya eras denostado.
Por eso vivir de noche requiere un equilibrio mental alucinante. Tienes que ser el guerrero de la noche, fuerte, aguerrido y no demasiado borracho, para poder triunfar en la noche. Claro que triunfar se solía identificar con ligar y caer sobre una cama ajena. Había quién contaba estos "triunfos" como trofeos de caza y después se pavoneaba de ello. O sea que la noche en realidad no es tan ¡hostia!,en parte era vacía de sentimientos y de pensamientos, eran luces de neón y música fuerte, eran sensaciones de huída hacia no se sabe donde. Yo quise la noche y ahora quiero el día, pero eso no quita que de vez en cuando eche de menos las noches locas.
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