
Y no lo entiendo,
y yo camino con ese lastre,
y tenue es la luz de la vela
y efímera la luz de una cerilla,
y miro al cielo
y a ver si te encuentro,
y no lo entiendo
y todo porque no te veo.
Me cuesta ver el bosque,
y eso que hoy es un día claro,
no hay nubes, ni nieblas matutinas,
estoy solo yo y oteando el horizonte,
y juro que no lo entiendo,
pues veo, pero estoy ciego.
Quizá sería más fácil,
subirse a un arco iris,
y ponerme un pijama de rayas,
y sin tener un destino fijo,
y solo caer en una estación sin nombre
y sin saber como se llama,
una estación abandonada a su suerte
y con un reloj que no funciona,
solo y rodeado de objetos inertes,
solo y con los mismos deseos por verte.
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