Ya casi son las 4 de la tarde y el día va cundiendo. Me faltan cosas, pero eso siempre faltan. Claro que me doy cuenta de que hago automatismos, enciendo la estufa de leña sobre esta hora, me pongo a escribir y enciendo previamente la televisión. Y no porque le vaya a hacer caso, pues no me entero de lo que ponen ni de lo que dicen, pero lo hago por esa necesidad primaria de escuchar voces. Las voces te acompañan y su cadencia te envuelve en un ambiente más íntimo y por tanto, menos solitario. Es verdad que a veces me pongo música, pero esa música suena cuando quiere el aparato. Dependo de si ese día quiere hablar conmigo. ¡Cuestión de aparatos viejos!.
Pero bueno últimamente busco la Radio. Me gusta la radio y sobre todo me gusta de buena mañana. Un buen programa de radio te levanta el ánimo y así empiezas el día de otra manera. La verdad es que me gustan tantas cosas, que el día se hace claramente insuficiente. Música, radio y tele con películas, tres deseos del día a día. Pero también hay sesiones de escritura y paseos al borde del mediterráneo y hay bosques y prados y amapolas sobre los campos.
En fin, hay tanto mundo fuera de éstas cuatro paredes, que a veces no sé si es mejor cerrar el chiringuito y envolverme en la naturaleza: Y no soy un capullo que después se convierte en una linda mariposa, soy más bien un camaleón. Un camaleón que se camufla y que cambia de color y al mismo ritmo que cambia su entorno. Soy un camaleón que solo se come la mierda de moscas que da la puta vida.
Pero bueno últimamente busco la Radio. Me gusta la radio y sobre todo me gusta de buena mañana. Un buen programa de radio te levanta el ánimo y así empiezas el día de otra manera. La verdad es que me gustan tantas cosas, que el día se hace claramente insuficiente. Música, radio y tele con películas, tres deseos del día a día. Pero también hay sesiones de escritura y paseos al borde del mediterráneo y hay bosques y prados y amapolas sobre los campos.En fin, hay tanto mundo fuera de éstas cuatro paredes, que a veces no sé si es mejor cerrar el chiringuito y envolverme en la naturaleza: Y no soy un capullo que después se convierte en una linda mariposa, soy más bien un camaleón. Un camaleón que se camufla y que cambia de color y al mismo ritmo que cambia su entorno. Soy un camaleón que solo se come la mierda de moscas que da la puta vida.
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