TUBOS

Bueno ya parece que por fin remonto. Me acabo de poner el Pulsi o ese aparatito que mide las latidos y la saturación de oxígeno y ya marca el 95% de saturación. Hasta hace dos días marcaba entre el 91 y 92%. A punto de que me metieran un puto tubo por la boca y me conectaran a un respirador. Pero me he librado de semejante premio, aparte que mientras yo esté consciente no me dejo meter nada. Un tubo de respirador, esa es la medalla más importante en los servicios de emergencia. Ayer tuve una guardia que no veas y tuve que poner tres tubos. Pues yo no puse ninguno y quedas como una mierda.

Cuantos más tubos, mejor. Es como una medalla al mérito médico o al mérito de las emergencias. Es como la estocada de un torero, si es acertada tienes el rabo y dos orejas y si no has atinado correctamente te llevas el abucheo. Claro que hay situaciones donde el puto tubo es muy importante y del que aciertes o no, depende la vida del paciente. Sí y lo sabemos, sí y es fundamental. Pero basar todo en un puto tubo tiene sus contradicciones. A saber: si te obcecas con el tubo pierdes la perspectiva, pues hay otras alternativas al puto tubo. Segundo, que si  te empeñas en intubar al tío y por lo que sea fallas, vas perdiendo un tiempo precioso, pues insisto en que hay otras alternativas.

Pero bueno, algunos miden sus méritos en el número de detenciones o en el número de incendios apagados y en mi ramo se mide según el número de intubaciones. Y no es lo oficial, pero realmente es lo que vale. A más tubos puestos, más gloria. Así pasa con todo en ésta vida, se sintetizan tanto las actuaciones que  al final, solo se valora un hecho. No damos para más ni tampoco para menos, damos solo lo que pensamos que tiene mérito. En nuestro escudo, debía aparecer dos tubos que se cruzan o que se enredan, dos tubos que no uno y todo por si el primero falla, siempre te queda un segundo tubo. ¡Intubemonos todos!, es la lucha final....

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR