
Dificultades, las mínimas,
enterezas, solo las que sean ciertas,
y mi mochila pesa y pesa,
y a veces noto que me escoro,
y en otras siento demasiado peso,
son los recuerdos
o son las vivencias del pasado,
las que de continuo entran por mi puerta.
A veces siento como un tumor,
o como una masa que crece,
o es mi espacio virtual, el que se llena,
y decido poner orden en mi ático,
tiro con lo que me sobra
y me quedo con lo que quiero,
limpio y saco brillo,
y después me duermo ligero,
libre de excesos y solo con lo puesto.
Soy raro, pero no soy extraño,
soy raro con mis vivencias,
y eso que las quiero,
pero no quiero quedarme con ellas,
pues las uso y las exprimo,
y extraigo hasta su última gota,
pero esa gota me cabe en el bolsillo
o en el ápice de mi sobaco,
me cabe en cualquier sitio,
y por eso ando presto y ligero,
y por eso cuando quiero,
¡vuelo!.
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