MANÍAS Y PARANOIAS

Bueno ya me he cortado el pelo al uno y ya tengo la cabeza como un huevo de pascua. Parece el culo de un niño, brillante y reluciente y suave, aunque algo rasca. Y rasca pues a pesar de lo que yo digo, aún tengo algo de pelo y ese pese a quién pese. Qué supongo que a nadie le va a pesar, pero yo lo digo por si acaso. de paso hice mi cama y aunque parezca mentira éste es un detalle muy psicológico. Pues a mi me cuesta irme a la cama y si está deshecha me produce más rechazo, por tanto tengo que conseguir un clima más acogedor y para ello es fundamental que la cama esté hecha y bien hecha o sea con todos sus avíos. Y eso incluye la muñeca hinchable.

¡Joder!, de cada vez más uno va adquiriendo más manías y además que cada una de ellas te parece que es fundamental e imprescindible. Tengo la manía de hacer la cama y así, bien hecha. Tengo la manía de ponerme colonia fina y cara. Tengo la manía de lavarme el culo después de cagar.  Tengo la manía de que nadie me toque los cristales de las gafas con sus pringosos dedos o que simplemente juegue con ellas. Tengo la manía de que nadie me toque la barriga. En fin, tampoco tengo tantas, tengo pero no son tantas como yo pensaba.

Después tengo más cosas, pero yo no las calificaría de manías, son costumbres pero puede prescindir de ellas perfectamente. Pero eso sí, las manías que nadie me las toque. Si son manías son manías y por tanto son paranoias u obsesiones repetitivas. Y doy un aviso y dos también, pero el tercero, se puede ver acompañado de una buena hostia terapéutica. Yo creo que con un aviso llega o debía llegar, pero por si acaso el tío es un poco descerebrado, le doy el segundo y ya con el tercero, más vale que el tío escape porque sino lo mato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR