BROTAR Y BROTAR

¡Joder!, haber cuando me baja ese furor uterino que yo padezco. Que no puedo soportar más ésta inquietud inhumana. Tengo una moto dentro y ella es la que me hace que escriba todo el tiempo. ¿Y quién me baja a mi de ésta noria en la que yo vivo?. Quién será el guapo o mejor la guapa, que esté dispuesta a semejante sacrificio. Porque sino me para alguien, yo creo que habrá un cataclismo o un tsunami o algo que le de la vuelta al mundo. A lo mejor lo que me pasa es que estoy teniendo los primeros síntomas de mi paranormalidad y entonces tendrá que venir un cura y vestido con su sotana y con su cruz en ristre y para exortizarme.

Pues no estaría mal el asunto, pero eso sí y mientras llega el curita, que me dejen echar escupitajos para todos los lados y vomitar en verde, que me encanta el verde y por supuesto, que me dejen dar vueltas a mi cabeza y como una puta veleta. Después el curita me quemará con su agua bendita y poco a poco, el demonio que llevo dentro, irá saliendo. Y sino sale, pues que me manden al Vaticano y como muestra de que realmente existe el Demonio y los endemoniados.

Si por mi fuera haría varios fichajes y metería en mi equipo maligno, por supuesto al Demonio y a los de la Matanza de Texas, que son mis ídolos en derramamientos de sangre. Si al final, todo acaba en la sangre, nacimos entre sangre y trozos de placenta, vivimos manchados de sangre y morimos ensangrentados por dentro. Sangre y sangre, es el resumen de lo que es la vida. Ah¡¡ y perdonarme por mis desvaríos, pues soy muy consciente de que ahora estoy en pleno brote. ¿tendré que tomarme la medicación?, pues claro o ¿eres gilipollas?, pues puede. ¡Joder! y ahora se me acaba de terminar el tabaco y entonces,
¿como voy a dejar de brotar?.

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JULIO CORTÁZAR