Y ahora que estamos en una economía de mercado y en plena crisis y que no hay pasta para comprar casi nada, debía triunfar la economía del trueque o sea yo te doy esto a cambio de lo otro. El trueque, el viejo trueque y toma un pescado y a cambio dame un filete, pero claro eso supone que se parte de que tienes previamente un pescado. Y lo más fácil hoy en día en que la mayoría de la gente vive en las ciudades, es que solo puedas ofrecer una rata o un poco de basura y por supuesto no reciclada. Porque en las ciudades, ¿qué más podemos encontrar?. Bueno también cucarachas, ladillas y piojos y eso en el mercado, que os puedo decir con que se pueden intercambiar, acaso por un buen lote de moscas y unas cuantas jeringuillas.
Si estamos atrapados en tierra de nadie. El campo poco a poco se lo fundieron y porque solo les interesó producir lo que ellos querían y bajo el dictado de quién realmente manda, los monopolios de la alimentación. Entonces y en consecuencia, la gente fue dejando el campo y se metió de lleno en las grandes ciudades, pero claro, no en el centro ya ocupado, sino en los suburbios y justo en el límite de las ciudades. Hay también quién le llama, cinturones de pobreza, pues suelen rodear como un cinturón a las ciudades.
Y mientras hubo curre, no problema, pero en cuanto empezó la crisis, los primeros que pagaron el pato, fueron los ciudadanos de los suburbios. Y allí siguen viviendo o mal viviendo o sobreviviendo entre basuras, chabolas y mierda. Y ya no pueden acudir al campo, de donde procedían, pues en su mayoría lo tuvieron que vender y para desplazarse a las ciudades.
Si estamos atrapados en tierra de nadie. El campo poco a poco se lo fundieron y porque solo les interesó producir lo que ellos querían y bajo el dictado de quién realmente manda, los monopolios de la alimentación. Entonces y en consecuencia, la gente fue dejando el campo y se metió de lleno en las grandes ciudades, pero claro, no en el centro ya ocupado, sino en los suburbios y justo en el límite de las ciudades. Hay también quién le llama, cinturones de pobreza, pues suelen rodear como un cinturón a las ciudades.
Y mientras hubo curre, no problema, pero en cuanto empezó la crisis, los primeros que pagaron el pato, fueron los ciudadanos de los suburbios. Y allí siguen viviendo o mal viviendo o sobreviviendo entre basuras, chabolas y mierda. Y ya no pueden acudir al campo, de donde procedían, pues en su mayoría lo tuvieron que vender y para desplazarse a las ciudades.
O sea que los humanos seguimos el ritmo que nos dicta la economía de mercado y si interesa que se emigre, se emigra y se interesa volver al campo, se vuelve y si se puede y si interesa una guerra, pues se hace y aunque vayamos nosotros por delante. A éstas alturas de la película, yo creo que la carne humana sale más barata que la carne de ternera o la de cerdo, por lo menos a los de arriba les sale más a cuenta. Gran parte de la humanidad sobra y hoy sobra y mañana no, y todo depende de como vayan las acciones del mercado. En definitiva, la mayoría de las veces, somos ceros a la izquierda y solo a veces, nos ponen a la derecha, pero nos ponen cuando ellos quieren y no cuando nosotros queremos.
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