Buenos días de nuevo. Unos buenos días un tanto tardíos, pues son las 12,30 de la mañana o de la tarde, según se mire. Un día entre nublado y despejado, pero de temperatura agradable. Y hoy es Martes y día 6 de Mayo y se nota que no estoy centrado, pues tuve que buscar en el calendario el día en el que estamos. Bueno mientras todo sea eso, na va tan mal la cosa. Sigue la quietud ambiental ahí afuera, algunas voces pero no altas, pues aquí apenas se chilla o se grita. Esto no es Andalucía donde los gritos altisonantes están a la orden del día.
Yo esto lo agradezco, no soporto los gritos y berridos, bueno si tengo que soportarlos se hace, pero prefiero que no contaminen el ambiente y porque al final, me acaban alterando. En el fondo soy un tío sensible y delicado, pero eso sí, no estoy bien educado. Y eso que me dieron estopa para que saliera derecho como una vela y desde lecturas de manuales de buenas costumbres hasta castigos severos por no cumplir las reglas de los manuales.
Mi madre era una talibana de las buenas costumbres, bueno era lo que ella había aprendido y le habían enseñado. Y ella se dedicó a transmitir sus conocimientos, pero con auténtica fe cristiana o sea con ardor y pasión. Y como era de gatillo fácil, cada norma incumplida se acompañaba de una buena bofetada. Hijo tieneS que ser educado, que sin una buena educación no puedes llegar a ningún sitio. Yo esto lo entendía, pero lo que yo no entendía era como las hostias estaban dentro de una buena educación.
Al final, pueden más las hostias que las normas de buena educación y en consecuencia, te rebelabas contra las hostias y sin darte cuenta también lo hacías contra las normas y así salí YO. Un maleducado de mucho cuidado y un impresentable revolucionario. Quizá lo que haya que hacer es redactar unas nuevas normas de buena educación, pero sin que entre ellas figuren las hostias.
Yo esto lo agradezco, no soporto los gritos y berridos, bueno si tengo que soportarlos se hace, pero prefiero que no contaminen el ambiente y porque al final, me acaban alterando. En el fondo soy un tío sensible y delicado, pero eso sí, no estoy bien educado. Y eso que me dieron estopa para que saliera derecho como una vela y desde lecturas de manuales de buenas costumbres hasta castigos severos por no cumplir las reglas de los manuales.
Mi madre era una talibana de las buenas costumbres, bueno era lo que ella había aprendido y le habían enseñado. Y ella se dedicó a transmitir sus conocimientos, pero con auténtica fe cristiana o sea con ardor y pasión. Y como era de gatillo fácil, cada norma incumplida se acompañaba de una buena bofetada. Hijo tieneS que ser educado, que sin una buena educación no puedes llegar a ningún sitio. Yo esto lo entendía, pero lo que yo no entendía era como las hostias estaban dentro de una buena educación.
Al final, pueden más las hostias que las normas de buena educación y en consecuencia, te rebelabas contra las hostias y sin darte cuenta también lo hacías contra las normas y así salí YO. Un maleducado de mucho cuidado y un impresentable revolucionario. Quizá lo que haya que hacer es redactar unas nuevas normas de buena educación, pero sin que entre ellas figuren las hostias.

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